Artículo exclusivo Ruta Electoral
CUOTAS ARCOÍRIS, UNA DEUDA QUE ESTÁ PENDIENTE
POR: ÁNGEL TENORIO
En la actualidad en México, se habla de inclusión, de equidad, de igualdad sustantiva, sin embargo todavía vivimos en un sistema androcentrista que se rehúsa a perder privilegios para cederle a los grupos históricamente vulnerados, espacios tomadores de decisiones para ir cerrando las brechas de desigualdad. Como son las mujeres, los pueblos originarios, las personas con discapacidad, las juventudes y la diversidad sexual y de género.
Se legisla como si se le hiciera a un favor al pueblo, pero en realidad quienes somos representantes populares tenemos la responsabilidad de garantizar leyes que sean operativas y aplicables para garantizar los derechos de todas las personas que viven en una nación, hoy se tiene que legislar con perspectiva de genero para garantizar que nadie se quede atrás y nadie se quede afuera.
Hoy, el quehacer legislativo tiene la obligación de armonizar el marco jurídico para generar el bienestar del pueblo, bajo los principios de mandar obedeciendo y ahí es donde inicia la transformación, porque este es el momento en el cual las y los legisladores deben tener iniciativas que se transformen en leyes, ya no se pueden presentar iniciativas detrás del escritorio, si no, que deben tener el sentir del pueblo que representamos. Con un sentido de igualdad y de justicia social.
La deuda histórica que el estado tiene con los grupos históricamente vulnerados es enorme, ya que ha generado años de desventaja en la participación política electoral, y pareciera que se mendigan parches y migajas jurídicas, en donde pareciera que existen ciudadanos de segunda y de tercera, y que la ley no llega las personas por igual.
Hoy hablamos de personas con intersecciones y que las las pone en una condición doble o triple de vulneración, por ejemplo mujeres que son indígenas, que tienen una discapacidad y son diversas, sufren de una discriminación sistemática por el Estado.
Para derribar los muros del patriarcado que históricamente ha violentado y discriminado a la diversidad sexual y de género, es necesario luchar por los espacios para representar a los que nunca han tenido voz desde un gobierno, desde un partido político, desde una tribuna y desde sociedad civil para poner nuestros temas en la agenda pública. Existimos en una diversidad sociocultural, somos una mayoría social y debemos aspirar a convertirnos en una mayoría política.
Las cuotas arcoíris representan un avance para cerrar brechas de desigualdad, para crear políticas públicas de bienestar, que reeduquen y deconstruyan a una sociedad en donde hemos normalizado la discriminación y la violencia. No habrá democracia, si su simulación menoscaba los derechos político electorales, por eso hoy la democracia exige igualdad.