• Del 4 de mayo al 11 de junio estará en la Galería Abierta de la Alcaldía Iztapalapa
• Fotos, planos, documentos y volantes de diferentes archivos históricos de la figura religiosa conforman la exposición
• La leyenda del Señor de la Cuevita señala que fue él quien frenó una epidemia en 1833 y para agradecerle se organizó la representación de la Semana Santa
En el contexto de la celebración por los tres siglos de que los Ocho Barrios de Iztapalapa instauraron al Señor de la Cuevita como su santo patrono, la alcaldesa Clara Brugada inauguró la exposición El Señor de la Cuevita: 300 Años de Historia y Tradición en Ixtapalapa.
Documentos, planos, volantes y fotografías provenientes de diferentes archivos históricos y de la propia comunidad, integran este legado visual, el cual podrá ser contemplado en la Galería Abierta de la Alcaldía Iztapalapa (Ayuntamiento y Comonfort, Barrio San Lucas), del 4 de mayo al 11 de junio de 2023.
La alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, inauguró la muestra este jueves 4 de mayo, al lado de autoridades religiosas como el obispo de Iztapalapa, Jorge Cuapio Bautista, y el párroco de la Catedral de Iztapalapa, Miguel Ángel Cruz Quiroz, así como el representante del grupo cultural Noche Victoriosa, Marcos Maguey.
“Este 2023 es un año muy importante para las celebraciones de los Ocho Barrios de Iztapalapa, ya que se cumplen 300 años de la llegada del Señor de la Cuevita. Me da mucho gusto que en los pueblos originarios haya una fe tan grande hacia esta figura y cómo su historia ha hecho posible muchas manifestaciones culturales. Damos a conocer esta exposición, porque no sólo los Ocho Barrios deben conocer el origen de la tradición, sino toda la población, ya que estas expresiones rebasan lo religioso y como vemos, son también manifestaciones culturales”, comentó Clara Brugada.
En su intervención, Marcos Maguey, representante del grupo cultural Noche Victoriosa, dedicado a difundir la historia y tradiciones de Iztapalapa, enumeró parte de las actividades que llevan a cabo para conmemorar los 300 años de la imagen, como charlas, cápsulas históricas, exposiciones y la edición de un libro que recopila también documentos y fotografías de esta tradición cultural y celebración religiosa.
La historia oral cuenta que en 1723 llegó la imagen del Santo Sepulcro de Cristo al pueblo de Ixtapalapa, cuando un grupo de personas provenientes de Etla, Oaxaca, que la traían a la Ciudad de México para ser restaurada, pernoctaron el 2 de mayo a las faldas del Cerro de la Estrella; sin embargo, al despertar ya no estaba la imagen. Tras mucho buscar, la encontraron ya restaurada, dentro de una cueva. Intentaron moverla, pero no lo lograron pues se había vuelto más pesada, lo que fue interpretado como un deseo de la imagen de quedarse en este pueblo. Desde entonces, la fe y la religiosidad popular se ha manifestado de múltiples formas.
La devoción al Señor de la Cuevita aumentó cuando, según la historia popular, realizó el milagro de erradicar la epidemia del cólera morbus en 1833, y para agradecer el hecho, los Ocho Barrios del pueblo originario de Ixtapalapa (uno de los 17 pueblos que existen en la demarcación) comenzó con la significativa Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo (Semana Santa) en 1843, la cual se lleva a cabo desde hace 183 años, la misma que en marzo de 2023 entró en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de México.
Así, la efigie también llamada Señor del Santo Sepulcro de Jerusalén, comenzó a ser venerada el 3 de Mayo de 1723 sobre un templo culhua-mexica, donde tiempo después se construiría un santuario, hoy día la Catedral de Iztapalapa. El culto a esta imagen representa una parte importante de la cultura, las tradiciones y la identidad de muchos iztapalapenses.
La exposición refleja la importancia de esta figura religiosa cargada de un significado muy especial para la población a lo largo de 300 años. La imagen del Señor de la Cuevita ha sido esperanza y consuelo frente a la muerte, la incertidumbre y la enfermedad; la fiesta que se le dedica cada 3 de Mayo y en otros meses, es parte de las tradiciones, la cultura e identidad de muchos habitantes de Iztapalapa.
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