En el hervidero del Congreso de la Unión, una polémica reforma a la Ley de Amparo desató un intenso debate sobre el equilibrio entre el Poder Judicial. En el centro de esta controversia se encuentra Miguel Carrillo Cubillas, quien ha defendido una propuesta que redefine el papel de los jueces en la suspensión de normas generales.
La reforma, que fue respaldada por Carrillo Cubillas y presentada por el senador Ricardo Monreal, busca modificar la ley para eliminar la facultad de los jueces de suspender la aplicación de normas generales.
En una enérgica defensa de la iniciativa, Carrillo Cubillas citó las palabras del ilustre jurista Ignacio Burgoa Orihuela, quien en su momento destacó el propósito fundamental del juicio de amparo: proteger los derechos del individuo frente a las arbitrariedades del poder público y garantizar el orden constitucional.
Carrillo Cubillas denunció la corrupción que percibe entre ciertos sectores de la oposición y el poder judicial, sugiriendo una colusión perniciosa entre intereses particulares y la administración de justicia para no avalar la iniciativa.
La discusión sobre la reforma a la Ley de Amparo se intensificó aún más durante el debate sobre la Ley de Amnistía, cuando el diputado Enrique Gerardo Sosa del PAN parafraseó a Porfirio Muñoz Ledo: «Por último, me despido nada más con una bonita frase que, les recuerdo, les dijo un día don Porfirio Muñoz Ledo: ‘¡chinguen a su madre, qué manera de legislar!”.
Mario Miguel Carrillo, reprobó la expresión de Sosa y exigió turnar el asunto al Comité de Ética para abrir un proceso sancionatorio.