La iniciativa busca sancionar con 1 a 3 años de prisión o de 70 a 150 días de multa y el delito aumentaría en caso de que exista violencia.
El diputado Temístocles Villanueva presentó en el Congreso de la Ciudad de México, una iniciativa que adiciona el artículo 350 Quáter al Código Penal del Distrito Federal, para sancionar a la persona que prive de la vida o libertad a un ser sintiente o animal de compañía con el propósito de obtener dinero fácil, algún beneficio económico y causar daño o perjuicio.
Desde el año 2017, en la Ciudad de México, los animales de compañía son reconocidos como seres sintientes y sujetos de protección humana y gubernamental; ya no son catalogados como bienes inmuebles u objetos. Sin embargo, hasta la fecha no existe una sanción penal en contra del robo, secuestro y tráfico de mascotas.
Según lo reportado, las 3 colonias con mayor casos de denuncias por robo son: Condesa, en la Cuauhtémoc, Lindavista, en Gustavo A. Madero y Colonia Del Valle, en la Benito Juárez. Las razas vulnerables son los perros Chihuahua,
Pomerania, Schnauzer, Bull Terrier inglés y Golden retriever. Mientras que los perros de raza labrador, husky y bulldog inglés son los que más hurtos sufren con el fin de reproducir, vender y lucrar con sus crías.
Por estas razones, el diputado Temístocles expresó la necesidad de que el Código Penal capitalino contemple y sancione aquellos delitos cometidos en contra de los seres sintientes y de las familias. La iniciativa busca sancionar con 1 a 3 años de prisión o de 70 a 150 días de multa, y el delito aumentaría en caso de que exista violencia o sean animales de asistencia.
“Los animales son seres sintientes que merecen recibir un trato digno, cuyo cuidado es responsabilidad común, y para con quienes el Estado tiene la obligación de fomentar una cultura de cuidado y tutela responsable, así como acciones para prevenir del abandono”, expuso el morenista según lo dispuesto en el artículo 13, apartado B, de la Constitución Política de la Ciudad de México.
Temístocles expresó que los seres sintientes se han convertido en auténticos miembros de la familia, ya sea por los lazos y el valor emocional que se crean mediante el cariño, la convivencia y el acompañamiento que ofrecen, además de
los cuidados otorgados en caso de los animales de asistencia para personas con discapacidad o personas adultas mayores.
“En nuestra Ciudad, ya es parte del paisaje urbano ver a familias y personas
paseando con sus perros, gatos e, incluso, otro tipo de animales por los parques, calles y plazas de la capital.
Esto ha volcado al Gobierno y al Congreso al diseño de leyes y políticas públicas que garanticen un entorno apropiado para el desarrollo de todos aquellos seres sintientes cuya vida se encuentra atada a la de su tutor responsable”, enfatizó el diputado Temístocles Villanueva.